Muchos cambios de nuestros actuales modos de vida pueden ayudarnos a explicar estos sentimientos. Las unidades sociales van siendo cada vez más pequeñas y más frágiles, desde la familia extensa nos movimos a la familiar nuclear. Tras esto, para un porcentaje de ciudadanos, surgen las familias monoparentales y las personas sin familia que viven solas. Las unidades sociales más pequeñas son más vulnerables cuando ocurren dificultades de la vida: desempleo, pobreza, enfermedad, incapacidad, divorcio, duelos, envejecimiento... Todos estos sucesos tienen un mayor impacto en la gente que vive sola y puede aislarlos todavía más.

Podríamos pensar que las relaciones virtuales a través de los medios sociales, deberían aliviar estos sentimientos de soledad, pero para muchas personas es justo lo contrario. A menudo los sentimientos de aislamiento e inadecuación se incrementan.
La soledad en los mayores está bien documentada y reconocida: los duelos y la enfermedad, entre otras, son las causas que mejor pueden explicar por qué las personas mayores son más vulnerables a la soledad y al aislamiento. Sin embargo, crece la preocupación al observar situaciones de aislamiento en muchos otros grupos de edades, grupos a los que normalmente imaginamos protegidos de estas experiencias de sufrimiento. Escolares, universitarios, madres jóvenes, desempleados..., la lista es larga y las razones por las que mucha gente tiene la experiencia de estos sentimientos son complejas. También sabemos que quienes sufren estos sentimientos de soledad pueden verse a menudo atrapados e incapaces de crear relaciones significativas con otros.

¿Cuál es el papel de los Servicios de Teléfonos de Emergencia?

Ofrecen un espacio seguro para aquellos que necesitan compartir sus pensamientos, tener una relación humana genuina durante el tiempo de la llamada telefónica, o del chat a través de internet. Contarle a alguien a quien le importe cómo de difícil ha llegado a ser su vida puede proporcionar alivio. Los llamantes a menudo creen que no hay nadie en absoluto a quien poder acudir o recurrir.

Los Teléfonos de Ayuda son, a menudo, el primer punto de referencia para aquellos que se están paralizados por su desesperanza. Las estructuras de voluntariado son servicios relativamente económicos que pueden aligerar la carga de los sistemas públicos de intervención tales como hospitales y policía.

Llamar a un número de un teléfono de emergencia no es simplemente para chatear o pasar el tiempo hablando (incluso aunque el llamante tenga esa pretensión), en lugar de eso, es un momento en el que entrenados escuchantes apartan a un lado sus preocupaciones personales y ofrecen una escucha atenta, sin interrupciones, sin juicios, ofreciendo al llamante un feedback sobre lo que han escuchado, de forma respetuosa y sincera. En el mejor de los casos, este aparentemente simple acto, puede capacitar a la persona para superar su angustia y volver a ser actor de su propio destino. Cuando los llamantes se quedan incapaces de salir de su espiral de aislamiento y dolor, el servicio de escucha se convierte en un salvavidas al que el llamante recurrirá durante unos días, unas semanas e incluso años.

La habilidad para escuchar es una herramienta que está en el corazón de la prevención del suicidio, sin embargo, creemos que es importante ir más allá. Esta aptitud de prestar tiempo y atención integral a otro, es lo que los Servicios de los Teléfonos de Emergencia desean propagar en todos los ámbitos de la vida. A medida que nuestro trabajo se desarrolla, queremos aumentar la red de personas entrenadas que puedan ofrecer esta herramienta esencial en muchas situaciones diferentes, tanto en los ámbitos privados como profesionales. Vivimos en la era de la comunicación, sin embargo, mientras que los que desean hablar son legión, el número de los que realmente quieren escuchar es escaso. Para una sociedad saludable, que cuide del bienestar emocional de sus ciudadanos, necesitamos incrementar el número de los que escuchan.
La comunicación no tiene lugar cuando perdemos la capacidad de escuchar lo que la gente dice profundamente y solo nos preocupa el ruido de lo que decimos.

IFOTES (Internacional Federation of Telephone Emergency Services) es una federación de más de 20 ONG's nacionales dedicadas a Servicios de Teléfonos de Emergencia que ofrecen esta clase especial de atención de escucha en Europa y fuera de ella.

Cada tres años organizamos un congreso para los voluntarios de las organizaciones socias de IFOTES, sobre temas que sean importantes para la prevención del suicidio y en otras áreas del bienestar emocional.

El Congreso 2019 en Udine

Me alegro de que en 2019 organicemos nuestro Congreso sobre la Soledad en la bella ciudad de Udine, Italia. Udine es miembro de la Red Europea de Ciudades Saludables de la OMS desde 1995, lidera el proyecto de la OMS Healthy Ageing Task Force, y la Vicepresidencia de la Red Italiana de Ciudades Saludables. Finalmente, Udine está implicada en combatir el problema de la soledad entre sus ciudadanos. IFOTES está encantada y orgullosa de unir fuerzas con esta ciudad para el Congreso.

El Congreso es además un momento importante para los voluntarios. Éstos, a menudo, trabajan solos escuchando a quienes están en una situación de desesperanza. El congreso es un tiempo para compartir, escucharse mutuamente, aprender de expertos y encontrarse con voluntarios de toda Europa y fuera de ella.

En este congreso tendremos el placer de compartir nuestro tiempo con los ciudadanos de Udine a través de algunas actividades.
En consecuencia, IFOTES continuará con su vocación de extender el arte y la ciencia de la práctica de una buena escucha, una habilidad que puede mejorar el bienestar emocional tanto de la persona que es escuchada como de quien escucha, en definitiva, de toda la sociedad.

Presidente IFOTES
Tina Duvivier

Aunque el bienestar material y la prosperidad siguen creciendo aparentemente en las ciudades modernas, la vida urbana nos lleva más probablemente a un incremento en el egoísmo, el resentimiento y la intolerancia más que al altruismo, la solidaridad y la inclusión. Los servicios de salud en las ciudades, pueden atender más fácilmente las necesidades físicas que preocupan, pero las necesidades mentales, emocionales y el bienestar emocional son normalmente ignorados. Paradójicamente, aunque la densidad de la población se incrementa, la soledad es una condición común de los que viven en las ciudades: “Solos en la multitud”. El envejecimiento de la población corre paralelo a la falta de apoyo y al aumento de hogares unipersonales. Además, la absorbente hipertrofia de los medios sociales digitales está reduciendo las capacidades de escucha y de sociabilidad entre los de la generación Y (los nacidos en las dos últimas décadas del siglo XX), incrementando así el aislamiento y la frustración. Estos sentimientos son experimentados también por la mayoría de las personas vulnerables, siendo excluidas de los estándares sociales debido a reglas no escritas, pero aceptadas por la sociedad y los mercados, a causa de sus bajos ingresos, estatus social y riqueza.

Udine siempre ha sido a lo largo de su historia una ciudad hospitalaria. Aunque ha sido invadida en muchas ocasiones desde la Edad Media, siendo la puerta de Italia por el Este, siempre se ha mostrado flexible y abierta a los recién llegados. Además, desde la mitad de los años 90, ha sido activa en la promoción de una visión holística del bienestar de sus ciudadanos dentro del espíritu del OMS, Red de Ciudades Saludables, ofreciendo servicios e iniciativas específicamente dirigidas a diferentes grupos de edad e intereses, tanto para la salud física como mental, emocional y relacional.

Friuli, la región a la que pertenece Udine, está situada en el centro de Europa, donde las Culturas Latina, Eslava y Germánica se encuentran, fue descrita por el famoso escritor italiano del siglo XIX, Ippolito Nievo, como un compendio del universo por la biodiversidad de su territorio y el pluralismo de su ambiente cultural.

Espero sinceramente que IFOTES tenga un memorable y fructífero Congreso en Udine y que todos los participantes disfruten de nuestra herencia cultural, paisajes, de nuestro vino y gastronomía.

El Alcalde de Udine (2008-2018)
Prof. Furio Honsell